Día a día observamos una realidad marcada por el cambio climático, consecuencia del calentamiento global de la Tierra. Glaciares que se derriten, aumento del nivel del mar, condiciones meteorológicas extremas…. Descubierto hace 180 años, estamos ante un fenómeno generalizado que avanza rápidamente. Y ya no hay duda científica de que lo estamos provocamos nosotros.
Los gases de efecto invernadero (GEI) son aquellos que se acumulan en la atmósfera y absorben la energía infrarroja del sol, provocando el efecto invernadero que calienta el planeta y aumenta la temperatura. Casi el 80% de estas emisiones proceden de miles de millones de toneladas de CO2 liberadas. Y la producción energética y el transporte son responsables del 51% de estas emisiones.
“El cambio climático no es un fenómeno sólo ambiental sino de profundas consecuencias económicas y sociales. Actuemos desde la justicia climática”
Nos enfrentamos a uno de nuestros mayores desafíos. Y mientras los combustibles fósiles (petróleo, carbón y gas) sigan dominando el suministro de energía mundial, seguiremos en esta crisis climática. En Galicia, más del 75% del mix energético se basa en combustibles fósiles. Necesitamos, por tanto, avanzar y consolidar la transición energética hacia las energías renovables.
Desde 1987, con el descubrimiento del agujero de la capa de ozono, se han sucedido numerosas cumbres mundiales e hitos para salvar el planeta, el protocolo de Montreal, Kioto o el acuerdo de París. Hoy, más que nunca, tenemos el reto de mantener el aumento de la temperatura media por debajo de los 2º, tal como advierten los climatólogos del Panel Intergubernamental del Cambio Climático de la ONU.
Promover el desarrollo sostenible significa satisfacer nuestras necesidades, sin comprometer la capacidad de generaciones futuras de satisfacer las suyas. En 2030 en la Unión Europea tenemos que haber reducido las emisiones netas por lo menos un 55% con respecto a los niveles de 1990. ¿Cómo lo vamos a conseguir?
El clima ha ido cambiando y nuestra forma de contarlo también
¿Qué imagen tenemos sobre el cambio climático? ¿Estás preocupado/a? ¿Eres parte de la solución? ¿Cómo contribuyen los medios a informar de la magnitud del problema? ¿Y, lo hacen con rigor, claridad y urgencia?
En el contexto informativo, los medios de comunicación tienen un rol fundamental defendiendo un periodismo crítico, veraz e independiente, alejado del greenwashing y de la generación de espectáculo climático. La narrativa del cambio climático ha evolucionado desde la irrelevancia al enfoque catastrofista y discurso hegemónico de los medios, del discurso crítico de expertos hasta llegar al discurso creativo de los jóvenes y el enfoque social del problema.
Promover el compromiso sobre cómo comunicar el cambio climático, es uno de los objetivos del decálogo de recomendaciones para informar sobre el cambio climático elaborado por la Fundación Ecología y Desarrollo (ECODES), con el apoyo de la European Climate Change Foundation y la colaboración de la Universidad Complutense. Entre otras recomendaciones, los medios deben promover la frecuencia y continuidad de esta información, incidiendo no sólo en las causas sino en las soluciones. Acercando el cambio climático y la investigación científica desde una visión informativa y pedagógica que cree conciencia y movilice a la acción con realidades cercanas. Y para ello pueden emplear diferentes formatos narrativos: periodismo, fotoperiodismo, producción audiovisual, cine, podcasts…
Entonces, ¿cómo podemos limitar el calentamiento global y reducir el riesgo climático?
El debate se acabó. El cambio climático no es futuro, sino presente. Es un reto complejo pero accesible. Necesitamos actuar con rapidez y unir fuerzas, transformando los compromisos y acuerdos en acciones reales. Y entre las soluciones, la biomasa, es la energía renovable que más contribuye a mitigar el cambio climático, disminuyendo el CO2 y ayudando a la gestión forestal sostenible. Usar biomasa para producir calor y electricidad ahorra CO2 no solo una vez, ¡sino varias veces!
La biomasa es una energía neutra en carbono, está disponible ahora y es ilimitada. Apoya las economías locales, al producirse localmente, proporcionando un impulso a la población de zonas rurales. Promueve la economía circular, procediendo de residuos y subproductos del bosque y de otras industrias. Además, tiene un precio estable y más barato que la electricidad.
¡Que comience la ambición climática!
En España hay un enorme potencial de biomasa sin aprovechar, y Galicia es madera. ¿Te has parado a pensar si tu consumo de energía es sostenible? ¿Tu vivienda, tu movilidad? Según los últimos datos del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) casi el 43% de la energía empleada en nuestros hogares se utiliza para la calefacción. Un 26% para electrodomésticos, el 18% para calentar agua, 8% en la cocina, 5% en iluminación y un 1% en el aire acondicionado. Esto significa que no es posible cambiar la política energética sin tener en cuenta la calefacción.
Con la biomasa como solución térmica renovable, es posible disminuir las emisiones de CO2 y reducir rápidamente los costes energéticos para consumidores del sector doméstico. ¡Compensa tu huella de carbono, transfórmate! Únete al cambio, y pasa a la acción. Te invito a descubrir elcalorrenovable.org, y reconciliarte con el futuro.