Desde el Clúster Biomasa de Galicia ofrecen un enfoque muy transversal, para que todos los asociados se sientan cómodos. Como es un Clúster de reciente creación, uno de los principales objetivos es seguir integrando a una masa social para seguir creciendo, abierto la modular su mensaje sin ponerse a sí mismos límites o corsés.
Tienen un camino por recorrer, siendo nueve entidades las que componían el Clúster en su inicio, alcanzando 25 entidades a día de hoy, con solo unos meses de vida.
Pregunta: El Clúster de la Biomasa de Galicia oficialmente constituyó a comienzos de 2021 pero vosotros consideráis que comenzasteis en el 2020. Aun no ha transcurrido mucho tiempo pero ¿qué balance podemos hacer en estos primeros meses de vida?
Respuesta: El Clúster Biomasa de Galicia se constituyó oficialmente en febrero de 2021, pero como junta directiva llevamos trabajando desde septiembre del 2020, una vez que el nuestro propio colectivo como la Administración precisaban un interlocutor válido, ya que el resto de actores en los que la energía tiene un papel fundamental estaban representados en un clúster pero no el sector de la biomasa.
En 2011 se intentó promover un asociacionismo sectorial, pero debido a la ambición de la iniciativa, integrando a todo tipo de personas, desde instaladores de estufa de pellets como propietarios forestales, no forjó debido la esa disparidad de objetivos. La base de nuestra pirámide son los fabricantes o elaboradores de productos o recursos, estando también representados fabricantes de las astillas, de pellets, proveedores, distribución del combustible, instaladores y comercializadores y, además, las labores de ingeniería y consultoría, contando por otra parte con centros tecnológicos y universidades.
El balance de todo esto es muy positivo, ya que no pensábamos la repercusión que alcanzamos en estos nueve meses, tanto a nivel de socios, como en la sociedad y en el propio sector, sin olvidar a la Administración, con la que tenemos un trato exquisito.
P: Uno de los objetivos que tiene el clúster es impulsar el uso de las energías renovables. ¿En qué se centra vuestro trabajo en este campo?
R: Uno de los requerimientos de los socios fue a fomentar la comunicación entre las propias empresas que conforman el clúster para recoger y expresar un mensaje común como que la biomasa, a día de hoy, juega un papel fundamental y crítico en la transición ecológica, que tenemos que abordar y nos objetivos sobre neutralidad climática.
El que hacemos es luchar por la representatividad que debe tener la biomasa en un área geográfico en la que disponemos de este recurso y que además tenemos una ventaja competitiva respecto a otras zonas. Además, podemos ofrecer tanto a la sociedad como a la industria una vía alternativa a las subidas de los costes energéticos y al pago por emisiones de dióxido de carbono.
P: ¿Cuáles son los principales retos que tiene por delante ahora el sector?
R: El primero es que la biomasa vuelva a estar en las agendas de los prescriptores como solución viable, económica y sostenible, para el ahorro sobre todo en la industria. Otro de los principales retos es que la Administración cuente con la biomasa del mismo modo que otras energías renovables, jugando un papel determinante desde el punto de vista de las ayudas al uso de energía alternativa. Hasta ahora, la biomasa quedaba a un papel relegado respecto a uso de estas energías y por eso queremos hacer fuerza en este sentido.
Para finalizar, tenemos una de las misiones más importantes en este rato, que es colaborar con la Administración gallega, más concretamente con la Agencia Gallega de la Industria Forestal y el Inega como nuestros interlocutores, con los que debemos elaborar la nueva Estrategia de la Biomasa 2021-2027, reflejando las necesidades del sector.
P: Entonces los esfuerzos ahora por parte del clúster están enfocados en desarrollar esa Estrategia de la Biomasa 2021-2027.
R: Exacto, tanto en la propia estrategia como los aportes que estamos haciendo con GAIN en la nueva Estrategia de Especialización Inteligente en Investigación e Innovación o RIS3, haciendo que la biomasa tenga, como mínimo, la misma presencia que tenía en la anterior RIS3 y que esa presencia no quede en el papel, sino que se llegue a ejecutar lo que se contemplaba en la anterior RIS3: implantación, desarrollo, I+D, nuevos equipos con menos emisiones, además de más eficientes… todo esto, que se pueda llevar a cabo.
P: Como consumidores finales, para hacernos una idea, ¿entre qué costes nos movemos para la instalación de un equipo de biomasa?
R: Va a depender mucho del destinatario. Un equipo de biomasa puede ser una estufa de aire caliente instalada en una casa que puede rondar los 1000-1500€, también podemos hablar de calderas, que dependiendo del grado de automatismos, podemos barajar escalas entre los 6 o 13 mil euros, o si hablamos del sector terciario o industrial es difícil dar un precio porque ven dado por la demanda térmica de la instalación o dimensionamento del silo (por el tipo de combustible o por tipo de tecnología combinada con otros tipos de energía). Los ahorros, en términos generales, comparado con el gasóleo, está en torno al 50% y con el gas en torno al 40%.
P: Las cifras de estos ahorros pueden ser sorprendentes…
R: Debemos pensar que una de las grandes ventajas de la biomasa es su estabilidad de precios desde hace casi 10 años, con cambios de menos de un 3%, lo que permite dar la sensación de tranquilidad tanto la un usuario final o en la industria, sabiendo que sus costes van a estar totalmente controlados con este tipo de soluciones. Ninguna otra energía tiene la estabilidad que tiene la biomasa. A nosotros los gustan hablar de energía de kilómetro 0 porque es una energía del país, calentarse con el nuestro, con nuestros recursos.
P: Desde AVEBIOM afirman que durante este año y en el 2022 serán ejercicios récord en la instalación de equipos de biomasa. ¿En Galicia se ha percibido esta tendencia?
R: Sí, en nuestro sector, cuando los costes de otras alternativas energéticas se encarecen, tenemos una repunta en la demanda de nuestra tecnología. Además se nota mucho el efecto de la pandemia, que provocó que todos nosotros precisábamos ganar metros habitables en nuestras casas, espacio y confort. Una manera fácil de conseguirlo es dotar al espacio de una estufa de pellets. En el sector residencial hay un incremento considerable y en la industria se comienza ahora a notar esa subida en la demanda. En Galicia, además, se vio un claro apoyo por parte de la Administración con la Estrategia 2014-20, conformándose con las ayudas a la instalación de estas soluciones.
P: ¿Dónde podemos ver mayor desarrollo de la biomasa en Galicia en términos particulares?
R: Podemos ver una mayor evolución en el relevo de calderas de gasóleo, tanto en actuaciones de viviendas unifamiliares, cambiando calefactores o generadores de energía, como a nivel de calefacción colectiva, de una comunidad de vecinos. Uno de los aspectos que la administración está desarrollando es lo que llamamos las redes de calor, una unidad de generación térmica que caliente o ceda energía a una red próxima de centros públicos o privados. Un ejemplo lo tenemos en Silleda, donde entran el Ayuntamiento, la piscina, escuelas y jardín de infancia. En la Xunqueira en Pontevedra también se calientan con una central térmica de biomasa.