O futuro dos nosos montes é de todos

El futuro tiene que ser sostenible, es el único posible 

Mudar nuestro mundo es el propósito que persiguen los Objetivos de Desarrollo Sostenible, los ODS, marcados por las Naciones Unidas hay ahora algo más de 7 años. Son un total de 17 metas que definen el mapa que queremos para el año 2030. Precisamente, uno de esos objetivos es lo que hace referencia a la energía asequible y no contamimante; en definitiva, la apuesta firme por un nuevo modelo energético que deje de lado los combustibles fósiles.

En este camino las energías renovables, basadas en el uso de recursos naturales, son la salida. Y es que no hay marcha atrás: el futuro de la humanidad y del planeta dependerán de la manera en el que originemos la energía. Buena prueba de eso se refleja en la reciente advertencia de la Agencia Internacional de la Energía (IAE); y es que según sus previsiones, el mundo debe cuadriplicar el ritmo anual de incremento de energías renovables. No es necesario que la llamada de atención llegue por parte de los organismos; es algo que vemos claramente en medio de la crisis energética que nos toca vivir y que está dejando en evidencia las debilidades y las vulnerabilidades de un sistema que dependía de los combustibles del siglo XX.

Pero es que los beneficios de las renovables van más allá. Transitar cara este tipo de energías es la opción estratégica para poder crear nuevos puestos de trabajo, lograr crecimiento económico y también para conseguir un medioambiente más limpio.  Desde la asociación Bioeco2 y el Clúster de la Biomasa de Galicia somos plenamente conscientes del reto que tenemos por delante. Por eso, las dos entidades apostamos por unir esfuerzos y dar respuesta al impulso de las energías renovables y a la lucha contra lo cambio climático.

Lo tenemos claro: es momento de pisar el acelerador para dirigirnos cara una energía limpia y sostenible. Sólo así vamos a lograr una seguridad energética que sea duradera.